jueves, 2 de febrero de 2017

Si no cierras bien los ojos muchas cosas no se ven.

Algo tan sencillo y enorme como ser tus ojos en la oscuridad o las yemas de tus dedos cuando temas tocarme, algo tan natural como mirarte a los ojos al despertarme o apretar tus manos contra mi cintura al sentir tu respiración. Algo tan fácil que no está teñido de sentimientos, que no duele, ni asfixia, como adivinarte las cosquillas y dibujar estrellas en cada uno de tus lunarescomo pedirte que te quedes cuando tus ojos ya me han dicho: esta noche, para mí, la luna saldrá en tu espalda. Algo que aún no ha salido de mi boca, que no tiene letras y por mucho que lo intente no requiere explicación, un medicamento que no viene con receta médica y al que no le encuentro más efectos secundarios que acabar enganchada a la única piel que me esconde aún su olor.