viernes, 2 de agosto de 2013

Sólo entiende mi locura quien comparte mi pasión.

Me gustaría llegar con estas palabras a los que me entienden, a los que disfrutan escuchando El Embrujo de Triana, a los que no saben lo que se siente con una corneta en la mano ni con un paso sobre los hombros, a los que no comprenden por qué nos gusta tanto Bulería en San Román, a los que nunca verán a la Soledad con su manto negro o a la Amargura con toda la candelería encendida, a los que nos quedamos atrás pisando el suelo por el que momentos antes los costaleros han caminado con El Nazareno a la espalda, a los que llevan el compás al ritmo de redobles y con la izquierda por delante, a los que lloran cuando se dan cuenta de que ya se nos escapa esa semana que sirve de excusa para tener la gloria entre las manos y a los que contamos los años por Domingos de Resurrección. Pero no hay pena que cien años dure, ni verano que resista la llegada del otoño, lo que hay son 255 días por delante y ganas, sobre todo ganas.


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